Con la colaboración de nuestra amada hermana Angélica L.

15-04-2024

Muchos creyentes están familiarizados con el encuentro entre Yeshúa y la mujer samaritana (Juán 4). Sin embargo, no todos pueden explicar lo que Yeshúa quiso decir cuando afirmó que el Padre busca hombres y mujeres que lo adoren «en Espíritu y en verdad» (v. 23).

Decir que debemos adorar a Abbá «en Espíritu» significa, entre otras cosas, que DEBE PARTIR DE ADENTRO, DEL CORAZÓN; debe ser una acción sincera, motivada por el AMOR y gratitud al Padre por todo lo que Es y ha hecho. De ahí que hemos cambiado apropósito el título bíblico de nuestro tema. Y es que ADORAR ES AMAR.

La adoración no puede ser mecánica o formalista. Eso no necesariamente descarta ciertos ritos o situaciones habituales en nuestra iglesia-hogar. No obstante, exige que todas nuestras acciones estén llenas de AMOR y un compromiso sincero, fe, entusiasmo y comunión entre unos y otros.

La palabra «Espíritu» aquí también puede ser una referencia al Espíritu Santo. El apóstol Pablo dijo que los creyentes «adoran por el Espíritu de Di-s y nos gloriamos en el Mesías Yeshúa, al no poner la confianza en los signos externos de nuestro  cuerpo» en Filipenses 3:3 él nos dice: Porque nosotros somos la circuncisión, los que adoramos por el Espíritu de DIOS, y nos gloriamos en CRISTO JESÚS, no teniendo confianza en la carne”.

El Espíritu Santo es quien despierta en nosotros la comprensión de la belleza, el esplendor y el poder divino. El Espíritu Santo es quien nos mueve a celebrar, regocijarnos y dar gracias. El Espíritu Santo es quien abre nuestros ojos para ver y experimentar todo lo que Elohím Kadosh es para nosotros en Mesías-Yeshúa. El Espíritu Santo es quien, espero y ruego, orqueste nuestros servicios y nos guíe en la alabanza corporativa al Elohím.

No omitas la verdad

Esta adoración o AMOR al Padre, sin embargo, también debe ser «en Verdad». Esto es más fácil de entender para nosotros porque obviamente significa que nuestro AMOR EN EL CULTO debe ajustarse a la revelación DIVINA en las Escrituras. Debe estar informada por el carácter y el obrar de del ELOHÍM.

Nuestro AMOR debe estar arraigado y atado a las realidades de la revelación bíblica. YHVH nunca permita que alguna vez cantemos herejías. La adoración no está destinada a ser formada por lo que se siente bien, sino por la luz de lo que es verdadero.

La adoración genuina en AMOR que exalta a Cristo o Mesías nunca debe ser insensata ni estar basada en la ignorancia. Debe estar fundamentada doctrinalmente y enfocada en la verdad de todo lo que sabemos de nuestro gran Abbá UNO y UNICO. Adorar de manera inconsistente con lo que se nos revela en las Escrituras finalmente degenera en idolatría.

 

Algunas personas piensas que el AMOR a la familia ha de estar siempre por encima del culto que se le da a Di-os, dicen que amando a la familia ya rindes culto a Di-os que Él lo ve como un servicio divino. Y ciertamente que a la familia se ama, pero Yeshúa añadió un matiz que no deberíamos ocultar. Después que indicó que la familia de uno rechazaría la nueva enseñanza que el Señor exponía a las gentes mediante el Evangelio del Reino, señaló las palabras que podemos ver reflejadas en el Evangelio de Mateo 10:37:

 

Y que por encima de todo EL AMOR AL PADRE ETERNO Y A SU HIJO AMADO es mayor que cualquier cosa o persona en el Universo. Por eso adorar o AMAR en Verdad debe estar ligado a no relegar nuestro culto a una posición secundaria y penar que primero de todo es la paz en casa que la paz con Di-os. ¡No hay Paz en un hogar mientras El Padre Eterno no lo bendiga!

 

Ambas cosas

Algunos prefieren adorar solo «en Espíritu», pero no les importa la Verdad. De hecho, piensan que centrarse en la Verdad tiene el potencial de apagar al Espíritu. El estándar por el cual juzgan el éxito de la adoración son las emociones y los escalofríos que experimentan.

Ahora, no te equivoques, la adoración que no involucra e inflama tus emociones y afectos no tiene valor. Yeshúa mismo criticó la adoración de los líderes religiosos de su época al decir que mientras honran a Di-s «con los labios», su «corazón está lejos» de Él (Mt 15:7-9). La verdadera adoración en AMOR debe comprometer el corazón, los afectos y la totalidad de nuestro cuerpo y alma. Pero cualquier afecto, sentimiento o emoción suscitada por el error o la falsa doctrina es inútil.

Otros prefieren adorar solo «en la Verdad» y, en realidad, se ofenden cuando ellos u otros sienten algo o experimentan emociones intensas, éxtasis en avivamiento. No hace mucho escuché a cierto creyente decir: «A menudo deseo que no cantemos ni tengamos música, sino que simplemente pudiera ver y decir las palabras o las letras que expresan la verdad bíblica. No me gusta distraerme con las emociones que surgen en mí cuando cantamos con acompañamiento musical».

No podía creer lo que escuchaba. Por todos los medios, cantemos solo lo que es verdad, pero hacerlo sin afecto y sentimiento y emoción sincera es impensable. Tal vez hayas visto esta declaración de John Piper, una que vale la pena volver a leer:

“La verdad sin emoción produce una ortodoxia muerta y una iglesia llena… de admiradores artificiales… Por otro lado, la emoción sin verdad produce un frenesí vacío y cultiva personas superficiales que rechazan al discípulo del pensamiento riguroso. Pero la verdadera adoración proviene de personas que son profundamente emocionales y que aman la doctrina sana y profunda. Fuertes afectos por Dios arraigados en la verdad son el hueso y la médula de la adoración bíblica”.

Luz y calor

Muchos insistirán en que esto es simplemente imposible. Dicen que el alma humana no puede contener simultáneamente realidades aparentemente conflictivas. En algún momento te inclinarás a un lado o al otro.

Algunos insisten en que no puedes concentrarte en las verdades de la Palabra de Di-s sin convertirte en un persona elitista y arrogante, mientras que otros argumentan que no puedes cultivar celebraciones conmovedoras y emocionalmente edificantes sin desviarte de las Escrituras y sucumbir al fanatismo desenfrenado. Sentimos disentir en esta idea.

Mejor aún, Yeshúa discrepa. La Biblia misma discrepa. Di-s no permita que alguna vez nos encontremos individualmente o como iglesia-hogar fallando en adorar en AMOR al Padre tanto en Espíritu Santo como en Verdad. Después de todo, la adoración o culto genuino que exalta a Cristo es fruto tanto del calor como de la luz. La luz de la Verdad brilla en nuestra mente y nos instruye sobre quién es Di-s. Tal luz, a su vez, ENCIENDE EL FUEGO DE LA PASIÓN, el afecto y el calor del gozo, el amor, la gratitud y la profunda satisfacción del alma al participar en comunión con nuestro hermano o hermana en ese AMOR DIVINO.

Es inevitable que algunos concluyan que somos demasiado experienciales en nuestra adoración, mientras que otros afirman que somos demasiado teológicos. Personalmente, no creo que puedas ser demasiado de ninguno de los dos, siempre y cuando ambos sean abrazados y que se honre en AMOR CON ESPÍRITU Y VERDAD.

Nada de esto significa que tengas que adorar como lo hacen otras personas en tu iglesia. Si la verdad de la Palabra te mueve a levantar las manos, bailar o gritar en voz alta, ver visiones o voces, ¡QUE EL PADRE te bendiga!. Si la verdad de la Palabra te lleva a la reverencia solemne, mientras permaneces sentado e inamovible, ¡QUE EL PADRE te bendiga!

Pero asegurémonos de que, en cualquier caso, estemos AMANDO tanto en Espíritu como en Verdad. Porque son precisamente esas personas las que busca el Padre. ¡Déjate buscar por el Padre!

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