LAS CIUDADES DE REFUGIO

CIUDADES DE REFUGIO

 

25-01-2024

 

            Originalmente en el A.T. aquellos que estaban huyendo de una justicia apresurada (o sea, del vengador  familiar cercano) podían aferrarse a los cuernos del altar de los sacrificios buscando seguridad (ver Ex. 21:14; 1 Re. 1:50-53; 2:28-31). Sin embargo, este sistema fue reemplazado estableciendo ciudades localizadas estratégicamente en la Tierra Prometida (es decir, ciudades levitas, ver Josué 20). Mosheh ya había designado 3 ciudades en el área de Transjordania (ver Dt. 4:41ss). Hay varias declaraciones en el Pentateuco relacionadas con las ciudades de refugio (ver Ex. 21:12-14; Nm. 35:10-28; Dt. 19:1-13).

 

Si una persona daba muerte a un compatriota israelita accidentalmente, la persona podía huir a una de estas 6 ciudades. Ahí, se llevaba a cabo un tribunal (ver Jos. 20:4). Si se le encontraba inocente de asesinato premeditado, la persona aún tenía que permanecer en la ciudad hasta la muerte del sumo sacerdote. Pero si era encontrada culpable de asesinato, la persona era entregada al vengador de sangre de la familia que había violentado para ser castigada inmediatamente con la muerte (ver Jos. 20:9).

 

 

SIGNIFICADO

 

YHWH considera que la vida humana es sagrada. Y la vida del cuerpo está en el líquido vital de la sangre. (Levítico 17:11, 14.) Por eso Qayín, el primer ser humano que nació en la Tierra, fue culpable de derramamiento de sangre cuando asesinó a su hermano Jebel. Por consiguiente, El Elohím le dijo: “La sangre de tu hermano me está clamando desde el suelo”. La sangre que manchó el suelo donde se cometió el asesinato daba testimonio silencioso, pero elocuente, de la vida que había sido arrebatada. La sangre de Jabel clamaba por venganza. (Génesis 4:4-11.)

 

¿Cómo se destacó el respeto de YHWH a la vida después del Diluvio Universal?

 

El respeto de YHWH a la vida humana se destacó cuando el justo Nóaj y su familia salieron del arca. En ese entonces, YHWH añadió la carne animal a la dieta vegetariana del ser humano, pero sin la sangre. También decretó: “pues ciertamente demandaré vuestra sangre así como vuestras vidas, la demandaré de mano de todo ser vivo, y de mano del hombre, de mano de cualquier hermano suyo, demandaré la vida del hombre. El que derrame sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Elohim hizo Alef-Tav al hombre. ”. (Génesis 9:5,6.BTX4ª) YHWH concedió al familiar más cercano de la víctima el derecho de dar muerte al homicida cuando lo encontrara. (Números 35:19.)

 

 

La santidad de la vida se recalcó vez tras vez en la Torá que recibió Israel mediante el profeta Mosheh. Por ejemplo, el Elohím mandó: “No asesinarás”. (Éxodo 20:13.) El respeto a la vida también estaba implícito en lo que decía la Ley sobre una muerte que implicara a una mujer embarazada. La Ley estipulaba que si ella o la criatura no nacida sufrían un accidente mortal a consecuencia de una pelea entre 2 hombres, los jueces debían sopesar las circunstancias y el grado de premeditación, y el castigo podía ser “vida por vida”, es decir, pena capital. (Éxodo 21:22-25.) Ahora bien, ¿podía un asesino israelita evitar de alguna manera las consecuencias de su acto violento?

 

 

¿ASILO DE ASESINOS?

 

¿Qué lugares de asilo había fuera de Israel en el pasado?

 

En algunas naciones contemporáneas de Israel se daba asilo a los asesinos y a otros delincuentes. Por ejemplo, podía encontrarse asilo en el templo de la diosa Ártemis de la antigua Éfeso. Respecto a estos lugares, se dice: “Algunos santuarios eran semilleros de delincuentes; y muchas veces era necesario limitar la cantidad de asilos. La ley reconocía únicamente algunos santuarios de Atenas como lugares de refugio, por ejemplo, el templo de Teseo para los esclavos. En los días de Tiberio las congregaciones de forajidos en los santuarios llegaron a ser tan peligrosas que solo se concedía asilo en unas cuantas ciudades (en el año 22)”. (The Jewish Encyclopedia, 1909, volumen II, página 256.) Posteriormente, las iglesias o templos de la cristiandad se convirtieron en asilos, lo cual tendía a transferir el poder civil al eclesiástico y resultaba contraproducente para la debida administración de la justicia. Los abusos llevaron finalmente a la eliminación de estas concesiones de asilo.

 

 

¿Cómo sabemos que la Ley de la Torá no aceptaba la negligencia como una razón para mostrar misericordia cuando se causaba la muerte de alguien?

 

Los asesinos voluntarios no recibían asilo en Israel. Ni siquiera el sacerdote levita que servía en el altar de YHWH se libraba de la ejecución si cometía un asesinato con premeditación. (Éxodo 21:12-14.) Incluso, la Ley no aceptaba la negligencia como una razón para mostrar misericordia cuando se causaba la muerte de alguien. Por ejemplo, el dueño de una casa nueva tenía que construir un muro para su techo llano. Si no lo hacía y alguien se caía del techo y moría, la casa era culpable de sangre.(Deuteronomio 22:8.) O, si un toro tenía la costumbre de acornear, y se advertía al dueño, pero este no lo ponía bajo guardia, y el animal mataba a alguien, el dueño era culpable de sangre y podía ser ejecutado. (Éxodo 21:28-32.) El Elohím consideraba culpable de sangre a cualquiera que hiriera mortalmente a un ladrón durante el día cuando se podía ver e identificar al intruso, lo cual demuestra su gran respeto por la vida. (Éxodo 22:2, 3.) Es obvio, pues, que las normas divinas perfectamente equilibradas no permitían que los asesinos voluntarios se libraran de la pena capital.

 

 

Si se cometía un asesinato en el antiguo Israel, era necesario vengar la sangre de la víctima. La ley de ‘vida por vida’ se cumplía cuando “el vengador de la sangre” daba muerte al asesino. (Números 35:19.) El vengador era un hombre que fuera un familiar más cercano de la víctima. Pero ¿qué puede decirse de los homicidas involuntarios?

 

 

 

 

LA PROVISIÓN MISERICORDIOSA DE YHWH

 

El Eterno suministró amorosamente ciudades de refugio para quienes mataran a alguien por accidente o sin intención. A Mosheh se le dijo respecto a estas ciudades: “Habla a los hijos de Israel y diles: Estáis por pasar el Jordán hacia la tierra de Canaán: Os escogeréis ciudades que serán para vosotros ciudades de asilo, adonde pueda refugiarse el homicida que mate a alguno sin intención. Tales ciudades os servirán de refugio frente al vengador, y así el homicida no morirá antes de presentarse a juicio ante la asamblea. Así pues, de las ciudades que daréis, tendréis seis ciudades de refugio. Estableceréis tres ciudades a este lado del Jordán, y otras tres ciudades en la tierra de Canaán, las cuales serán de refugio. Estas ciudades serán para refugio a los hijos de Israel, al extranjero y al que resida entre vosotros, para que allá se refugie todo el que mate a otro sin intención. ”. (Números 35:9-15.BTX4ª)

 

 

¿Dónde estaban ubicadas las ciudades de refugio, y qué ayudaba a los homicidas involuntarios a encontrarlas?

 

 

Cuando Israel penetró en la Tierra Prometida, obedecieron a YHWH y establecieron 6 ciudades de refugio.

 

Al occidente del río Yardén:

 

Qedes,

 

Siqem y

 

Jevrón,

 

Al oriente del Yardén:

 

Golán,

 

Ramot y

 

Bézer.

 

 

Estas 6 ciudades estaban convenientemente ubicadas cerca de caminos que se mantenían en buenas condiciones. En algunos puntos de estos caminos había letreros con la palabra “refugio”. Los letreros indicaban en qué dirección se encontraba la ciudad de refugio, y el homicida involuntario corría a la más cercana para salvarse. Allí encontraba protección del vengador de la sangre. (Jos 20:2-9.)

 

 

Para que la tierra no se contaminara con sangre inocente y para que el pueblo no se hiciera culpable de derramamiento de sangre. (Deuteronomio 19:10.) YHWH mandó que se establecieran estas ciudades

 

 

Se beneficiaban de las ciudades de refugio no solo el israelita sino también para el forastero y para el poblador en medio que, sin intención, hiera mortalmente a un alma”. (Números 35:15.) Por eso, para ser imparcial y para que se hiciera justicia templada con misericordia, YHVH dijo a los israelitas que establecieran ciudades de refugio para los homicidas involuntarios que fuera:

 

1) israelitas naturales,

 

2) residentes forasteros de Israel o

 

3) pobladores extranjeros que habitaran dentro de ellos.

 

Cabe destacar que, aunque el homicida fuera involuntario, tenía que ser ejecutado, según el decreto divino: “Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre”. De modo que fue una provisión de la misericordia divina el que el homicida involuntario pudiera huir a una de las ciudades de refugio. Al parecer, la mayoría de las personas se compadecían del homicida que huía del vengador de la sangre, pues sabían que ellas también podían cometer una ofensa similar, sin intención, y necesitar refugio y misericordia.

 

¿Qué procedimiento se seguía cuando el homicida involuntario llegaba a la ciudad de refugio?

 

Aunque se le recibiera hospitalariamente, usted tendría que presentar su caso a los ancianos en la puerta de la ciudad de refugio. Después de entrar en la ciudad, lo enviarían a las puertas de la ciudad bajo cuya jurisdicción hubiera ocurrido la muerte, para que lo juzgaran los ancianos que representaban a la congregación de Israel. Allí tendría la oportunidad de probar su inocencia.

 

 

EL JUICIO DE LOS HOMICIDAS

 

Durante el juicio celebrado en la puerta de la ciudad que tenía jurisdicción sobre el caso, uno agradecería la gran importancia concedida por los ancianos a la conducta anterior. Ellos sopesarían cuidadosamente su relación con la víctima. ¿Odiaba al hombre y lo acechó en espera del mejor momento para matarlo con alevosía? En ese caso, los ancianos lo entregaban al vengador de la sangre, para ejecutar la sentencia de muerte. Estos hombres responsables tendrían en cuenta el requisito de la Ley de “eliminar de Israel la culpa por sangre inocente”. (Deuteronomio 19:11-13.) y si después de la indagación cuidadosa resultaba inocente lo devolvían a la ciudad de refugio.

 

 

LA VIDA EN LA CIUDAD DE REFUGIO

 

El homicida involuntario tenía que permanecer en la ciudad de refugio o a una distancia de 1.000 codos (unos 400 metros) de las murallas. (Números 35:2-4.) Si traspasaba esos límites, podía encontrarse con el vengador de la sangre. En esas circunstancias, el vengador tenía el derecho de ejecutar al homicida con impunidad. Pero el homicida no estaba atado ni encarcelado. Como residente de la ciudad de refugio, tenía que aprender un oficio, trabajar y ser un miembro útil de la comunidad.

 

 

¿Cuánto tiempo tenía que permanecer en la ciudad de refugio el homicida involuntario? Posiblemente por el resto de su vida. De todas formas, la Ley estipulaba: “Pero si el homicida sale fuera del límite de la ciudad donde se había refugiado, y el que redime la sangre lo encuentra fuera del límite de su ciudad de refugio, y el que redime la sangre mata al homicida, no será culpable de sangre, pues aquél debió habitar en su ciudad de refugio hasta que hubiera muerto el sumo sacerdote. Sólo después de la muerte del sumo sacerdote, el homicida podrá regresar a la tierra de su propiedad. ”. (Números 35:26-28.BTX4ª) ¿Por qué podía salir de la ciudad de refugio el homicida involuntario cuando muriera el sumo sacerdote? Pues bien, el sumo sacerdote era una de las personas más destacadas de la nación. Por lo tanto, su muerte sería un suceso tan notable que se comunicaría por todas las tribus de Israel. Todos los que habían huido a las ciudades de refugio podrían entonces regresar a su hogar sin preocuparse de caer en las manos de los vengadores de la sangre. ¿Por qué? Porque la Ley decretaba que la oportunidad de matar al homicida caducaba al morir el sumo sacerdote, y todo el mundo lo sabía. Si el familiar se vengaba de la muerte después de que esto sucediera, se convertía en asesino y se le castigaba como tal.

 

 

EFECTOS DURADEROS

 

¿Cuáles eran los posibles efectos de las restricciones que se imponían al homicida involuntario? Le recordaban que había causado la muerte de alguien. Y lo más probable es que considerara sagrada la vida humana el resto de su vida. Además, difícilmente olvidaría la misericordia que se le mostró. Como fue tratado con misericordia, muy posiblemente sería también misericordioso con otras personas. La provisión de las ciudades de refugio y sus restricciones también beneficiaba al pueblo en general. ¿En qué sentido? Tiene que haber grabado profundamente en ellos el hecho de que no debían ser negligentes ni indiferentes respecto a la vida humana. Por eso los nazarenos debemos recordar la importancia de no incurrir en una actuación negligente que pudiera provocar una muerte accidental. La provisión de la divina misericordia de las ciudades de refugio también debe impulsarnos a ser misericordiosos cuando sea apropiado. (Jacobo 2:13.)

 

La provisión de YHWH de las ciudades de refugio era provechosa también de otras maneras. El pueblo no formaba patrullas de vigilancia para buscar al homicida presuponiendo antes del juicio que era culpable. Al contrario, lo consideraba inocente de asesinato deliberado e incluso le ayudaba a llegar al lugar de seguridad. Además, la provisión de las ciudades de refugio era el polo opuesto del procedimiento moderno de internar a los asesinos en cárceles, donde son mantenidos por el resto de la población y donde muchas veces se convierten en peores criminales debido a su compañerismo estrecho con otros malhechores. El sistema de las ciudades de refugio hacía innecesario construir, mantener y vigilar costosas prisiones amuralladas y con rejas de las que los presos tan a menudo procuran escapar. De hecho, el homicida buscaba la “prisión” y permanecía allí por un tiempo determinado. También tenía que trabajar, contribuyendo de este modo al beneficio de la comunidad.

 

La provisión de YHWH de las ciudades de refugio era verdaderamente misericordiosa, pues protegía a los homicidas involuntarios. Promovía, sin duda, el respeto por la vida.

 

 

¿TENEMOS LOS NAZARENOS UNA CIUDAD DE REFUGIO?

 

YESHÚA HA-MASHIAJ, es el Vengador de la sangre. Dentro de poco, este Vengador y sus ejércitos de ángeles tomarán medidas contra todos los que no se arrepienten de su culpabilidad por derramamiento de sangre. Yeshúa será el Ejecutor en su 2ª Venida (Mateo 24:21, 22; Isaías 26:21.) La humanidad tendrá que encararse entonces a las consecuencias de su culpa de sangre.

 

Para encontrar seguridad hay que ponerse en el camino que conduce a la ciudad de refugio simbólica y correr para salvarse. A quien se permitía entrar en la ciudad tenía que permanecer allí, pues era el único verdadero lugar de refugio. Pero puede que te preguntes: Dado que la mayoría de nosotros nunca hemos matado a nadie, ¿somos realmente culpables de derramamiento de sangre?

 

 

Un aspecto de la Ley de la Torá nos ayudará a comprender que los miles de millones de habitantes de la Tierra comparten culpabilidad por derramamiento de sangre. El Elohím impuso a los israelitas una responsabilidad conjunta por derramamiento de sangre. Si alguien encontraba a una persona muerta y se desconocía la identidad del asesino, los jueces tenían que medir la distancia a las ciudades vecinas para determinar cuál era la más cercana. Para descargarse de la culpabilidad, los ancianos de esa ciudad presuntamente culpable de sangre tenían que tomar una ternera con la que no se hubiera trabajado y quebrarle la cerviz en un valle torrencial sin cultivar. Lo hacían frente a los sacerdotes levitas ‘porque YHWH los había escogido para ponerle fin a los litigios sobre actos violentos’. Los ancianos de la ciudad se lavaban las manos sobre la ternera, y decían: “Si en la tierra que YHVH tu Elohim te da para que la poseas, es hallado alguien asesinado, tendido en el campo, sin que se sepa quién lo asesinó, entonces saldrán tus ancianos y tus jueces y medirán la distancia a las ciudades que circundan a la víctima, y será que la ciudad más próxima al cadáver, los ancianos de esa ciudad, tomarán una becerra de la vacada, con la cual no se haya trabajado, ni haya llevado yugo, y los ancianos de aquella ciudad harán bajar la becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido arado ni sembrado; en el valle desnucarán la becerra. Y se acercarán los sacerdotes hijos de Leví (que YHVH tu Elohim escogió para que le sirvan y bendigan en nombre de YHVH) por cuya decisión se ha de resolver todo litigio y toda llaga, y todos los ancianos de aquella ciudad, la más cercana al cadáver, lavarán sus manos sobre la becerra desnucada en el arroyo, y declararán, diciendo: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. ¡Haz expiación, oh YHVH, a tu pueblo Israel, al cual redimiste, y no imputes sangre inocente en medio de tu pueblo Israel! Y la sangre les será por expiación. Así apartarás la sangre inocente de en medio de ti, porque habrás hecho lo recto ante los ojos de YHVH. ”. (Deuteronomio 21:1-9.BTX4ª) YHWH no quería que la tierra de Israel se contaminara con sangre ni que Su pueblo, colectivamente, fuera culpable de derramarla.

 

 

LAS FUNCIONES DE YESHÚA HA-MASHIAJ

 

En Israel, el vengador de la sangre era el familiar más cercano de la víctima. El Vengador simbólico de la sangre de nuestros días tiene que ser un familiar de toda la humanidad. Yeshúa satisface ese requisito. Nació como hombre perfecto. Entregó su vida sin pecado como un sacrificio redentor, y cuando fue resucitado al cielo presentó el valor de ese sacrificio a YHWH en favor de toda la humanidad. De esta manera, el Mesías se convirtió en el Redentor de la humanidad, nuestro familiar más cercano, el que tiene el derecho de ser el Vengador de la sangre. (Romanos 5:12; 6:23; Hebreos 10:12.) Se dice que Yeshúa es nuestro hermano. (Mateo 25:40, 45; Hebreos 2:11-17.) En calidad de Rey celestial es el “Padre Eterno” de sus talmidím terrestres, que nos beneficiamos de su Sacrificio perpetuo para la vida eterna. (Isaías 9:6, 7.)

 

Jesús también es un Sumo Sacerdote sin pecado, probado y comprensivo. (Hebreos 4:15.) Como tal, aplica el mérito de su sacrificio expiatorio en favor de la humanidad. Las ciudades de refugio se establecieron “para los hijos de Israel y para el residente forastero y para el poblador en medio de ellos”. (Números 35:15.) De modo que el gran Sumo Sacerdote aplicó primeramente el mérito de su sacrificio a “los Benei Yisrael”. El pueblo de YHWH en su conjunto somos el “Israel del Elohím”.

 

 

 

¿TENEMOS LOS NAZARENOS UNA CIUDAD DE REFUGIO HOY?

 

La ciudad de refugio de la actualidad es LA PROVISIÓN DIVINA hace para protegernos de la muerte por desobedecer su mandamiento respecto a la santidad de la sangre. (Génesis 9:6.) Prescindiendo de que el violador de ese mandato lo haya hecho voluntaria o involuntariamente, tiene que buscar el perdón y la cancelación de su pecado mediante la FE en la sangre del Sumo Sacerdote, Yeshúa ha-Mashiaj. Los creyentes nazarenos aprovechan los beneficios del sacrificio expiatorio de Yeshúa y están ya en la ciudad de refugio simbólica. (Apocalipsis 7:9, 14; 1 Juan 1:7; 2:1, 2.)

 

El homicida involuntario podía permanecer en una de las ciudades de refugio únicamente si probaba que tenía una buena conciencia para con YHWH tocante al derramamiento de sangre. Para obtener una buena conciencia tenemos, como ya dijimos,  que ejercer FE en el sacrificio de Yeshúa, arrepentirnos de nuestros pecados y hacer Teshuvah o cambio de actitud. Hay que solicitarla al dedicarnos en oración a YHWH mediante el Mesías, y efectuar la inmersión o bautismo en agua. (1 Pedro 3:20, 21.) Esta buena conciencia nos permite entrar en una relación limpia con el Señor. La única manera de mantener una buena conciencia es cumpliendo con los requisitos divinos y efectuando la obra divina en la ciudad de refugio simbólica, tal como los que huían a las antiguas ciudades de refugio tenían que obedecer la Ley y cumplir con sus trabajos. (Cf. Génesis 1:28, Mateo 24:14; 28:19, 20.) Al producir discípulos para la vida eterna tanto fuera como internamente en la iglesia-hogar seguimos estando a salvo en nuestra ciudad de refugio moderna.

 

 

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