LA ESPERANZA

 

 

Se ha dicho en un refrán popular que "la Esperanza es lo último que se pierde"; sin embargo, como veremos en este estudio, la Esperanza no debe perderse núnca y mucho menos dejarse en último lugar. Pero alguien se pregustará: ¿Cómo se define la esperanza?

 

Definición

Es un estado anímico en el que se hace posible aquello que se desea. Quien tiene esperanza confía o tiene fe en conseguir ese deseo, cree que sucederá lo que espera.

 

La esperanza se puede cifrar en una persona o en una cosa. El verbo raíz hebreo qaváh, del que proceden varios términos que se traducen “esperanza”, tiene el significado primordial de “esperar” con gran deseo. (Gé 49:18.)

 

 

Sin YHVH no hay ninguna esperanza verdadera

La verdadera esperanza de la que habla la Biblia es superior al simple deseo, el cual quizás carezca de fundamento o perspectiva de cumplimiento. La Biblia muestra que los gentiles apartados del Elohím en general no tienen una esperanza real, bien fundada pus han sido engañados por los sistemas político social y religiosos del mundo. El futuro no ofrece ninguna esperanza para ellos. Salomón expresó la futilidad de la situación del hombre sin la intervención del Eterno: “¡La gran vanidad! [...], todo es vanidad”. (Ec 12:8; 9:2, 3.)

 

 

 

El fiel patriarca Job dijo que incluso hay esperanza de que un árbol retoñe de nuevo, pero cuando el hombre muere, se va para siempre. No obstante, luego explicó que hablaba del hombre por sí solo, sin la ayuda divina, pues él mismo expresa el deseo y la esperanza de que El Elohím le recuerde. (Job 14:7-15.) De igual manera, el apóstol Pablo da a saber a los creyentes mesianistas que, teniendo la esperanza de la resurrección, no deberían “[apesadumbrarse] como lo hacen también los demás sin esperanza”. (1Te 4:13.) De nuevo, Pablo recuerda a los gentiles que antes de tener conocimiento de la esperanza divina ha dado mediante Mesías, estaban alejados de la nación de Israel y que en aquel entonces, como gentiles, “no tenían esperanza, y estaban sin Elohím en el mundo”. (Ef 2:12.)

 

 

El apóstol dice que no debemos contagiarnos de la actitud de aquellos que no tienen esperanza. (1Co 15:32, 33.)

 

Aparte de las esperanzas de menor importancia, que son normales y comunes a todos los humanos, están las esperanzas que son malas en sí mismas, como las que se abrigan con un fin inicuo. En algunas ocasiones puede dar la impresión de que se realizan, pero esta impresión en realidad es solo temporal, pues un proverbio dice: “La expectación de los justos es un regocijo pero la esperanza misma de los inicuos perecerá”. (Pr 10:28.) Además, “cuando muere un hombre maligno, perece su esperanza; y hasta la expectación poderosa ha perecido”. (Pr 11:7.) Por consiguiente, las esperanzas egoístas y las que están basadas en el fundamento falso del materialismo, mentiras, falta de honradez o en el poder o las promesas de los hombres, están condenadas al fracaso.

 

 

La fuente de la esperanza.

 

YHVH El Creador es la fuente de la esperanza verdadera y Aquel capaz de cumplir con sus promesas y las esperanzas de los que con fe le invocan. Por medio de su bondad inmerecida le ha dado a la humanidad “consuelo [...] y buena esperanza”. (2Te 2:16.) En cualquier tiempo ha sido la esperanza del hombre justo. Se le llamó “la esperanza de Israel” y “la esperanza de [los] antepasados [de Israel]”. (Jer 14:8; 17:13; 50:7.) Son muchas las expresiones de esperanza, confianza y seguridad en Él que se hallan en la Tanaj. Debido a Su bondad amorosa, YHVH le dijo a Su pueblo cuando este se dirigía al exilio por su desobediencia: “Porque bien sé mis designios sobre vosotros, dice YHVH. Designios de bienestar y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza. ” (Jer 29:11 BTX4ª.) La promesa de YHVH mantuvo viva la fe y la esperanza de los israelitas fieles durante el exilio en Babilonia. Asimismo, aquella esperanza fortaleció en gran manera a hombres como Ezequiel y Daniel, pues YHVH había dicho: “Hay esperanza de un porvenir, dice YHVH: Los hijos volverán a su propia tierra”. (Jer 31:17 BTX4ª.) Aquella esperanza se realizó cuando el remanente judío fiel regresó para reedificar Yerushaláyim y su templo. (Esdras 1:1-6.)

 

 

Es propio albergar la esperanza de un premio. El hecho de que el siervo o sierva del Altisimo espere recibir una recompensa no quiere decir que sea egoísta. Para tener un verdadero conocimiento y entendimiento de YHVH, la persona debe saber que la bondad amorosa y la generosidad son cualidades sobresalientes en Él; debe creer, no solo que YHVH existe, sino como indica Hebreos 11:6 BTX4ª: “Pero sin fe es imposible agradarlo, porque es necesario que el que se acerca a DIOS crea que existe, y que es galardonador de los que lo buscan.”

 

La esperanza hace que se mantenga firme en el culto divino, sabiendo que Él satisfará nuestras necesidades diarias. El apóstol Pablo se basa en los principios de la Ley o Torá para destacar este hecho. Cita de Deuteronomio 25:4 diciendo: “Porque en la ley de Moisés está escrito: “No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Le preocupan a DIOS los bueyes,  o lo dice precisamente por nosotros? Pues fue escrito por causa de nosotros; porque con esperanza debe arar el que ara, y con esperanza de tener su parte el que trilla. Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿será mucho si cosechamos de vosotros lo material? ”. (I Co 9:9-11 BTX4ª.)

 

 

Esencial para la fe.

 

La esperanza también es esencial para la fe, es su fundamento y base. (Heb 11:1.) A su vez, la fe hace irradiar más la esperanza y la fortalece. El apóstol Pablo se remite al sobresaliente ejemplo de Avrahán para fortalecer a los creyentes. Cuando, desde un punto de vista humano, Avrahán y su esposa Sara ya no podían abrigar la esperanza de tener descendencia, se dice: “El cual creyó en esperanza contra esperanza para llegar a ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que le había sido dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo ya casi muerto (teniendo como cien años) y la muerte de la matriz de Sara; sino que, ante la promesa de DIOS, no vaciló con incredulidad, sino que fue fortalecido con la fe, dando gloria a DIOS, plenamente convencido de que el que había prometido, era también poderoso para hacerlo.” (Rom 4:18-21. BTX4ª)

 

 

El apóstol luego aplica el ejemplo de fe y esperanza de Avrahán a los creyentes, y concluye: “por medio de quien también hemos obtenido el acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de DIOS. Y no sólo eso; sino que hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia,  y la paciencia, carácter probado, y el carácter probado, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de DIOS ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Rom 5:2-5 BTX4ª.)

 

 

 

La esperanza nazareno-mesianista.

 

Tanto la esperanza del creyente como la de la humanidad residen en Mesías Yeshúa. Ningún humano pudo acceder a la vida eterna hasta que Yeshúa el Mesías “Y que ahora ha sido manifestada mediante la aparición de nuestro Salvador JESUCRISTO,  El cual abolió la muerte, Y sacó a luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio”. (II Tim 1:10 BTX4ª.)

 

Esta feliz esperanza se realizará “en la manifestación de Yeshúa-Mesías”. (1Pe 1:13, 21; Tit 2:13.) Por lo tanto, el apóstol Pablo llama al Mesías Yeshúa “NUESTRA ESPERANZA”. (1Ti 1:1.)

 

 

 

Se debe avivar y mantener.

 

En la Biblia se recalca sin cesar la necesidad que tienen los creyentes de aferrarse a la “sola esperanza”. (Ef 4:4.) Para ello se requiere atención continua, ejercer franqueza de expresión y ‘enorgullecerse’ en la esperanza misma. (Heb 3:6; 6:11.) La esperanza se cultiva aguantando aflicciones, y este aguante conduce a una condición aprobada delante de YHVH, de quien viene la esperanza. (Ro 5:2-5.) Junto con la fe y el amor, es una de las 3 cualidades que jamás desaparecerán de la iglesia-hogar nazarena mesianista.

 

 

 

Cualidades y beneficios.

 

La esperanza es indispensable acompaña al gozo, a la paz y al poder del Espíritu Santo. (Rom 15:13.) Promueve franqueza de expresión al acercarse a YHVH para recibir su amor leal y misericordia. (II Co 3:12.) Nos permite aguantar con gozo, sin importar cuáles sean las circunstancias. (Ro 12:12; I Te 1:3.) Igual que un casco protegía la cabeza de un soldado, la esperanza de la salvación protege las facultades mentales del creyente y le permite tener integridad y aguante. (1Te 5:8.)

 

 

La esperanza nos ayuda a mantenernos de un modo sagrado (kadosh), pues sabemos que El Altísimo y Mesías, en quienes descansa la esperanza, son también kadosh, y que no podemos esperar recibir la recompensa si practicamos la inmundicia o la injusticia. (1Jn 3:2, 3.) La esperanza guarda estrecha relación con la más grande de las cualidades: el amor, pues aquel que de verdad ama también tendrá esperanza de recibir Amor. Por otra parte, esperará lo mejor para sus hermanos y hermanas en la fe, amándoles y confiando en su sinceridad de corazón en Mesías. (1Co 13:4, 7; 1Te 2:19.)

 

 

 

Superior a la esperanza bajo la Torá.

 

Antes de darse la Ley o Torá a Israel, los antepasados fieles de la nación tenían esperanza en YHVH. (Hch 26:6, 7; Gé 22:18; Miq 7:20; 2Ti 1:3.) Esperaban lo que El Elohím proporciona para la vida. Al principio parecía que la Ley iba a ser el cumplimiento de su esperanza, pero, más bien, mostró que todos los hombres eran pecadores ante YHVH y como puso de manifiesto sus transgresiones, condenó a muerte a todos los que estaban bajo Torá. (Gál 3:19; Ro 7:7-11.) La Ley en sí era kadosh, no tenía nada malo; sin embargo, por su mismísima santidad y justicia nos puso al descubierto nuestras imperfecciones (Ro 7:12.) Como se había predicho por medio de los profetas, era preciso que YHVH trajera una “esperanza mejor” por medio de Yeshúa-Mesías, a fin de cumplir de corazón con todas las instrucciones de la Torá, pero bajo un Nuevo Pacto. (Heb 7:18, 19; 11:40; compárese con Jer 31:31-34.)

 

 

 

Esperanza para toda la humanidad.

 

La bondad inmerecida de YHVH vuelve a destacarse en el hecho de que la maravillosa esperanza puesta ante los hermanos espirituales de Yeshúa, ser coherederos con él en el llamamiento celestial (Heb 3:1), guarda estrecha relación con otra esperanza para toda la humanidad que desea servir a YHVH. El apóstol Pablo se refiere a la esperanza de los que tienen la expectativa de llegar a ser “hijos de Elohím” coherederos con Mesías en el Reino de él, y después explica: “Porque la creación fue sujetada a la frustración, no por su propia voluntad, sino por la del que la sujetó;  en esperanza de que también la creación misma será liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de DIOS.” (Ro 8:14, 17, 19-21 BTX4ª)

 

Según las palabras de Pablo en Romanos 8:20, 21, YHVH Elohím no destruyó al primer hombre Adam cuando pecó, sino que permitió que generase mediante su semilla una prole sujeta a futilidad, una futilidad no debida a haber pecado deliberadamente, sino a su imperfección inherente. Sin embargo, no los dejó sin esperanza, ya que con bondad alentó sus expectativas por medio de la “descendencia” prometida (Gé 3:15; 22:18), Yeshúa-Mesías. (Gál 3:16.) Daniel había profetizado la 1ª Venida del Mesías. (Da 9:24-27.) La predicación de Yojanán el Bautizador suscitó la expectativa de la nación de Israel. (Mt 13:1, 2; Lu 3:15.)  Yeshúa satisfizo aquella esperanza con su ministerio, muerte y resurrección. No obstante, la gran esperanza para la humanidad en general, tanto para los vivos como para los muertos, se cifra en el Reino Mesiánico, cuando él y sus coherederos sirvan de reyes y sacerdotes en la Tierra. Entonces, los humanos que estén en el planeta ejerzan fe realmente serán liberados de la corrupción a la imperfección y al pecado, y llegarán a ser verdaderos “hijos del Elohím” dando por concluida la adopción, tal como era Adam antes de la desobediencia. La esperanza se ve fortalecida por el hecho de que YHVH resucitó a Su Hijo. (Cf. Hch 17:31; 23:6; 24:15.)

 

 

 

Uso paulino de la palabra “Elpis”

 

En el NT Pablo usa la palabra griega elpis, que tiene el significado de “esperando el bien”.

 

Pabló usó el término en distintas ocasiones pero con sentidos diversos pero a la vez relacionados.  Generalmente estaba asociado con la consumación de la fe de los creyentes (I Timoteo 1:1).  Lo cual puede ser expresado como bondad amorosa, vida eterna, salvación plena, Segunda Venida, etc. La consumación es certera, pero el elemento tiempo es futuro y desconocido.  La fe es con frecuencia asociada con “fe” y “amor” (I Corintios 13:13; I Tesalonicenses 1:3; II Tesalonicenses 2:16).

 

Esta es una breve lista de los usos de la “Esperanza” en los escritos paulinos:

 

1. La Segunda Venida (Gá 5:5; Ef 1:18; 4:4; Tit 2:13)

 

2. Yeshúa es nuestra esperanza (I Tim 1:1)

 

Elohím es nuestra esperanza en I Tim 5:5; I Pe 3:5)

 

3. Los creyentes serán presentados delante del Elohím (Colosenses 1:22-23; I Tesalonicenses 2:19)

 

4. La esperanza está guardada en los cielos (Col 1:5)

 

5. Es fe en el Evangelio (Col 1:23; I Tes 2:19)

 

6. La salvación final (Col 1:5; I Tes 4:13; 5:8)

 

7. El Esplendor del Elohím (Ro 5:2; II Co 3:12; Col 1:27)

 

8. La salvación de los gentiles por Mesías (Col 1:27)

 

9. La seguridad de la salvación (I Tes 5:8)

 

10.    La vida eterna (Tito 1:2; 3:7)

 

11.    Los resultados de la madurez nazareno-mesianista (Ro 5:2-5)

 

12. La redención para toda la Creación (Ro 8:20-22)

 

13.    La adopción consumada (Ro 8:23-25)

 

14.    Un título para referirse a Elohím (Ro15:13)

 

15.    El deseo de Pablo para los creyentes (II Cor 1:7)

 

16.    El Antiguo Pacto como guía para los creyentes del Nuevo Pacto (Ro 15:4).

 

(Ver también tema: UNA SOLA ESPERANZA)

 

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