LOS DIÁCONOS

DIÁCONOS (de Filipenses 1:1)

 

26-01-2024

 

            Este es el término griego para referirse a los sirvientes domésticos (del griego διακονος, diakonos, y luego del latín diaconus, «servidor») (diakonoi). Su etimología original era “levantar polvo limpiando”.

 

 

Un diácono es considerado un servidor, un clérigo o un ministro eclesiástico, cuyas calificaciones y funciones muestran variaciones según los distintos grupos religiosos de la cristiandad. En las Iglesias católica, copta y ortodoxa se refiere así a aquel que ha recibido el grado inferior del sacramento del Orden Sagrado por la imposición de las manos del obispo, y por lo tanto se le considera una imagen sacramental de Cristo servidor, en virtud de la Sagrada Escritura que especifica: «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Evangelio de Marcos 10, 45).

 

Se convirtió en un término general para ministerio hablando de:

 

1.      Yeshúa en Marcos 10:43-45

 

2.      Pablo – 1 Co. 3:5; 2 Co. 3:6; 6:4; 11:15,23; Ef. 3:7; Col. 1:23,25

 

3.      Apolos – 1 Co. 3:5

 

4.      Timoteo – 2 Co. 3:6; 6:4; 1 Ti. 4:6

 

5.      Títico – Ef. 6:21; Col. 4:7

 

6.      Epafras – Col. 1:7

 

7.      Creyentes en el sentido general de siervos (como el Mesías, ver Mr. 10:43-45) – 1 Co. 11:15,23; Ef. 4:12; 2 Ti. 4:11

 

Es obvio que esta palabra es usada de varias maneras:

 

1.    Un ministerio de servicio – Hch. 1:17,25

 

2.   Un título posterior para el ministerio o guía local bajo la autoridad del anciano guía – Fil. 1:1

 

3.   Con relación a los dones espirituales – 1 Co. 12:5

 

4.      Es paralelo a koinonia (dar) – 2 Co. 8:4; 11:8 (ver Ro. 15:25, con el don de la generosidad económica).

 

 

La epístola a los Filipenses, datada tentativamente de 54 a 61 d. C.,2 se dirige a los episkopoi (obispos) y los diakonoi, es decir, los diáconos o asistentes (Filipenses 1:1). Esta mención de los presbíteros y los diáconos es considerada hoy como un antecedente embrional de la actual jerarquía  en la mayoría de las iglesias de la cristiandad. En esta epístola de Pablo se apoya 2 funciones de culto en la iglesia-hogar local, aunque las viudas también se mencionan en 1 Ti. 3:11. Estos términos eran originalmente funciones, pero se convirtieron en títulos y cargos oficiales muy rápidamente durante la apostasía (ver I Clemente 42 y Carta de Talles de Ignacio y Carta de Esmirna, 8:1).

 

El libro de los Hechos de los Apóstoles (cap. 6), datado de 60-70 d. C.,4 narra la constitución por parte de los Apóstoles de los que podrían ser considerados los primeros 7 diáconos de la Iglesia-hogar de Jerusalén, para poder ayudar al grupo de Apóstoles a servir las comidas en las mesas. El texto en cuestión dice:

 

 

Por aquellos días, al multiplicarse los discípulos, hubo quejas de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas eran desatendidas en la asistencia cotidiana. Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: «No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo; mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra.» Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos.” Hechos de los Apóstoles 6:1-6

 

 

¡La única cosa que une a los hombres de Hechos 6 a los diáconos que aparecerían después es que eran ministros locales! ¡Los diáconos son siervos, no supervisores! ¡No deberían existir los Comités Ejecutivos de Diáconos!

 

 

El texto de Hechos 6 es discutido por algunos, porque la mayor parte de los teólogos de hoy no reconocen en la «institución de los 7» la institución del diaconado como tal. Ireneo de Lyon, en torno al año 180, menciona al discípulo Esteban uno de los 7, como diácono. Cipriano de Cartago  y  Agustín de Hipona opinaban que el diaconado fue instituido en aquel momento, mientras que Juan Crisóstomo no lo admite. Estos 7 hombres entran en función, al igual que los presbíteros, por la imposición de las manos. Entre ellos se destacan Esteban considerado como el 1er. mártir nazareno, Felipe, el predicador en Samaría, y Prócoro,   a quien se atribuye haber sido el amanuense del apóstol Yojanán en su destierro en la isla de Patmos. Es evidente que el ministerio que desarrollarían desborda rápidamente el servicio material (ejemplificado por el hecho de «servir las mesas» y «atender a las viudas»), puesto que luego predicarían, bautizarían, sanarían enfermos, relazarían exorcismos y a Felipe se le llegaría a calificar explícitamente de «evangelista» (Hechos de los Apóstoles 21:8).

 

Por lo tanto el diaconado es, en sus orígenes un ministerio cuyas funciones no resultan fáciles de precisar. Sin embargo, la 1ª epístola a Timoteo señala algunas cualidades esperables del diácono:

 

 

También los diáconos deben ser dignos, sin doblez, no dados a beber mucho vino ni a negocios sucios; que guarden el Misterio de la fe con una conciencia pura. 1º se les someterá a prueba y después, si fuesen irreprensibles, serán diáconos. Las mujeres igualmente deben ser dignas, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean casados una sola vez y gobiernen bien a sus hijos y su propia casa. Porque los que ejercen bien el diaconado alcanzan un puesto honroso y grande entereza en la fe de Yeshúa haMashiaj. I Timoteo 3: 8-13

 

 

El apóstol Pablo en su epístola a los Romanos16:1 hace referencia a una mujer llamada Febe "la cual es diaconisa de la iglesia de Cencrea" (VER DIACONISAS), por lo que puede deducirse que el diaconado lo ejercían tanto hombres como mujeres por igual.

 

Según Wikipedia entre los diáconos que tuvieron un papel preeminente en la Historia de la cristiandad sobresalieron:

 

·         Esteban a saber, el primer mártir de la iglesia-local de Yerushaláyim;

 

·       Felipe el Diácono, elegido por el Señor para convertir al mesianismo al 1er. prosélito judío: un funcionario real etíope;

 

·   el valeroso Lorenzo, uno de los diáconos de Roma martirizado en una parrilla al fuego en 258 d.C.;

 

·       Vicente de Zaragoza, el protomártir español martirizado bajo el mandato del emperador Diocleciano  (ca. 304);

 

·    Efrén de Siria (muerto ca. 306), doctor de la Iglesia;

 

·   Romano el Mélodo (ca. 490 - ca. 556), uno de los más grandes himnógrafos griegos, apodado «el Píndaro de la poesía rítmica».

 

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