LA GRAN TRIBULACIÓN

17-01-2024

¿Qué es la gran tribulación? Es según las Escrituras el período más angustioso que jamás haya vivido la humanidad. Según las profecías de la Biblia, tendrá lugar durante “los últimos días” o “el tiempo del fin” (II Timoteo 3:1; Daniel 12:4). Marcos 13:19 TIRY dice: “Porque aquellos días serán de una clase de aflicción como nunca ha sucedido tal desde el principio de la creación que Elohím creó hasta ahora, ni la habrá jamás.” (Cf. Daniel 12:1; Mateo 24:21, 22).

 

Pero estimado creyente: No debes tener ningún temor a este período pues Apocalipsis nos dice:

 

“Estos   son   los   que   han   venido   de   la   gran tribulación, y ha lavado sus túnicas y las han blanqueado en la sangre del Cordero . Por   esto   están   delante   del Trono  del Elohím,  Y    le     rinden   culto   día   y   noche en   Su Santuario; Y     el     que   está     sentado     sobre el     Trono extenderá  Su  Tabernáculo  sobre ellos."

 

(Ap 7:14,17. BIBLIA TIRY)

 

Sabemos que incontables millones de personas se levanten en la ‘resurrección de los justos y los injustos’, no volverán a la vida en una Tierra vacía. (Hechos 24:15.) Despertarán en alrededores hermosamente mejorados y verán que se ha preparado alojamiento, ropa y comida en abundancia para ellas. ¿Quiénes harán todos estos preparativos? Es evidente que cuando empiece la resurrección terrenal, habrá gente viviendo en el nuevo mundo. ¿Quiénes? La Biblia indica que habrá quienes vienen de la gran tribulación. De todas las enseñanzas bíblicas, esta es sin duda una de las más fascinantes: algunas personas fieles pasarán con vida a través de la gran tribulación y serán arrebatadas sin que nunca tengan que morir. Esta esperanza está bien fundada en las Santas Escrituras.

 

 

Como los días de Nóaj

 

En Mateo 24:37-39 Biblia Tiry Yesháu haMashiaj comparó los días de Nóaj con los últimos días en que vivimos. Dijo: “Porque tal como fue en los días de Nóaj, así será también la entrada del Hijo del hombre. Pues así como estaban en los días antes del diluvio,  comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día que entró Nóaj en el arca, y tampoco comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la entrada del Hijo del hombre.”

 

El Diluvio universal barrió a todos los que no prestaron atención al mensaje de advertencia. Nóaj y su familia, en cambio, se salvaron. Ellos ‘entraron en el arca’, como dijo Yeshúa. Por su devoción piadosa, YHWH les proporcionó una vía de escape. II Pedro 2:5, 9 se refiere a la supervivencia de Nóaj y su familia cuando dice: “guardó en seguridad a Noé, predicador de justicia, con otras 7 personas cuando trajo un diluvio sobre un mundo de gente impía. YHVH sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa”. Yeshúa comparó los días de Nóaj con los últimos días para mostrar que la gente en general no escucharía el mensaje de advertencia. Ahora bien, con esta comparación también confirmó que Nóaj y su familia obedecieron a YHVH, entraron en el arca y sobrevivieron al gran Diluvio. La supervivencia de Nóaj y su familia es indicación de que, de igual modo, los hermanos y hermanas con sus familias fieles sobrevivirán a la Gran Tribulación de este mundo perverso.

 

 

El modelo del Ier siglo

 

Jesús también habló de lo que sucedería durante el fin de este mundo. En Mateo 24:21, 22 leemos: “Porque entonces  habrá tribulación grande, cuál no ha acontecido desde el principio de mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Y si no se acortaran aquellos días, no sobreviviría nadie. Sin embargo por causa de los elegidos serán acortados aquellos días.”. Estas palabras tuvieron un cumplimiento preliminar en el siglo I d.C. En el año 66, los ejércitos romanos, comandados por Cestio Galo, sitiaron la ciudad de Yerushaláyim. Las tropas romanas llegaron a socavar el muro del templo, y muchos judíos estuvieron a punto de rendirse. Sin embargo, Cestio Galo retiró sus tropas inesperadamente y sin razón aparente. Al ver que los romanos se retiraban, los nazarenos creyentes obraron en conformidad con las palabras que Yeshúa había pronunciado muchos años antes: “Mas cuando veáis a Yerushaláim rodeada de ejércitos acampados, sabed que se acerca su devastación Entonces los que estéis en Yehudah huid a las montañas, los que estéis dentro de ella iros; y los que estéis en el campo, no entréis en ella”. (Lucas 21:20, 21.) Los judíos creyentes en Yeshúa, los escogidos, abandonaron de inmediato la ciudad de Yerushaláyim, condenada a la destrucción, y así se salvaron del terrible fin que pronto le acaecería. En el año 70, las legiones romanas regresaron bajo el mando del general Tito Vespasiano. Acamparon alrededor de la capital, la sitiaron y la devastaron.

 

El historiador judío Josefo informa que 1.100.000 judíos murieron y otros 97.000 sobrevivieron y fueron llevados cautivos. Un resto de judíos nazarenos que sobrevivieron fueron “los escogidos” de la profecía del Mesías. Hablando a la rebelde nación judía, Yeshúa había dicho: “¡Mirad! Vuestra Casa se os deja asolada. Porque os digo: De ninguna manera me veréis, hasta que digáis: ‘¡Bendito es el que viene en el nombre de YHVH!’”. (Mateo 23:38, 39 Biblia TIRY.) Nada indica que los judíos atrapados en la ciudad aceptaran a Yesháu como el Mesías en el último momento, se hicieran creyentes y recibieran el favor de YHVH. De todos modos, la tribulación que sobrevino en 70 E.C. fue acortada. El sitio final del ejército romano no duró mucho tiempo. Esta circunstancia permitió que algunos judíos se salvaran, aunque solo fuera para que se les enviara como esclavos a diferentes partes del Imperio romano.

 

 

Una gran multitud de supervivientes

 

Aunque la destrucción de Yerushaláyim en 70 E.C. supuso realmente una “gran tribulación” para aquella ciudad religiosa, creemos que el cumplimiento mayor de las palabras de Yesháu aún está por venir durante los “últimos días”. Una tribulación sin paralelo sobre el mundo de Satanás. (Mateo 24:29, 30; Ap 18:21.)

 

Yojanán escribió en Ap 7:9-14 sobre esa gran tribulación mundial e indicó que habría una gran multitud de supervivientes.

 

A estos supervivientes, llamados la “gran muchedumbre”, se les identifica por cierto comportamiento inequívoco. Según Ap 7:14, uno de los 24 ancianos del Consejo Celestial dijo a Juan: “Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. Sí, la gran muchedumbre aclama a YHVH como la Fuente de su salvación. Ejerce fe en la sangre derramada de Yeshúa y disfruta de una posición justa ante su Creador y su Rey nombrado, Yeshúa haMashiaj.

 

 

 

Mantengámonos despiertos

 

La gran multitud arrebatada debe mantener continuamente su condición justa ante el Hijo del hombre, y por eso es necesario que permanezca despierta y vigilante hasta el mismo fin. Yeshúa lo indicó claramente cuando dijo: “Pero mirad por vosotros mismos, para que vuestros corazones no estén cargados de comida excesiva y bebida excesiva o por las ansiedades propias de la vida, y de repente sobre vosotros caiga encima aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que están sentados sobre la superficie de toda la tierra. Estad vigilantes, pues, en todo tiempo oportuno rogando para que seáis tenidos por dignos de escapar de todo lo que vendrá, y estar en pie delante del Hijo del Hombre.”. (Lucas 21:34-36. TIRY)

 

 

 

Para conseguir estar en pie delante del Hijo del hombre, es necesario que tengamos su aprobación, que no obtendremos si permitimos que nos influya el modo de pensar mundanal. La forma de pensar mundana es seductora, y puede inducir a la persona a entregarse a los placeres carnales o a estar tan cargada con los problemas cotidianos que relegue los intereses del Reino a un segundo lugar. (Mateo 6:33.) Este proceder la debilitaría espiritualmente y podría resultar en que descuidara su culto a YHVH y amor hacia sus hermanos y hermanas de la iglesia-hogar. Pudiera incluso no dar fruto interno o externo. Toda persona que forma parte de la gran muchedumbre tiene que prestar atención a sí misma y mantenerse separada de este mundo impío y de sus mundanalidades. (Juan 17:16.)

 

Pero no temas, YHWH ha provisto lo que necesitas mediante Su Palabra, Su Espíritu Santo y los hombres y mujeres fieles santos y amorosos. Debemos aprovechar plenamente estos medios. Además, debemos ser piadosos y obedecer a YHWH si queremos tener Su aprobación. Por una parte, tenemos que cultivar odio intenso a lo que es malo. El salmista dijo: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son. He odiado la asamblea de los malhechores, y con los perversos no me siento. No te lleves mi alma junto con los pecadores, ni mi vida junto con los homicidas”. (Salmo 26:4, 5, 9.) En el culto de la iglesia-hogar, tanto los jóvenes como los mayores tienen que evitar el compañerismo innecesario con los que no rinden culto a YHWH. Para tener la aprobación divina y venir de Gran Tribulación, debemos esforzarnos por ser íntegros y mantenernos sin mancha del mundo. (Salmo 26:1-5; Jacobo 1:27; 4:4.)

 

 

Algunos ‘no morirán jamás’

 

Es emocionante contemplar la posibilidad de ser rescatados y abducidos en nubes al encuentro del Señor en el aire antes de comenzar la Gran tribulación.

 

Esta es la perspectiva que yeshúa nos ofrece. Poco antes de resucitar a su amigo Lázaro, Yeshúa dijo a Marta, la hermana de aquel: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?”. Marta creía en la resurrección, pero no comprendió todo lo que dijo el Maestro. (Juan 11:25, 26.)

 

Yeshúa no quiso decir que sus talmidím fieles seguirían viviendo en la carne y que nunca morirían. Al contrario, posteriormente indicó que ellos si morirían. (Juan 21:16-23.) Su bautismo con Espíritu Santo en Pentecostés significó en realidad que tendrían que morir a fin de recibir su herencia celestial. (Ap 20:4, 6.) De modo que, con el transcurso del tiempo, todos los creyentes del siglo primero murieron. Sin embargo, Yeshúa pronunció aquellas palabras con un propósito. Lo que dijo acerca de vivir sin tener que morir jamás, se cumplirá. ¿Cómo?

 

Por una parte, los elegidos fieles nunca experimentaremos la muerte eterna. (Ap 20:6.) Pero las palabras de Yeshúa se refieren también a un tiempo específico en el que YHWH intervendrá en los asuntos humanos y eliminará la maldad de la Tierra, tal como lo hizo en los días de Nóaj. Las personas fieles que estén haciendo la voluntad divina en ese entonces no tendremos que morir cuando el Creador ejecute su sentencia, sino que se nos dará la oportunidad de sobrevivir a la Gran Tribulación del mundo, como en el caso de Nóaj y su familia. Esa esperanza está bien fundada, pues se basa en enseñanzas y ejemplos bíblicos. (Cf. con Hebreos 6:19; 2 Pedro 2:4-9.) El cumplimiento de la profecía bíblica muestra que muy pronto el mundo actual será destruido. La situación actual es irreversible. Lo que el Elohím dijo acerca del mundo del día de Nóaj también es cierto del mundo en que vivimos. La maldad llena el corazón de la gran mayoría de la humanidad, y sus pensamientos son solamente malos todo el tiempo. (Génesis 6:5.)

 

El tiempo casi se le ha terminado para este mundo malvado. Dentro de poco, YHWH acabará con todos los perversos que moran en la Tierra, tal como dice la Biblia. (Salmo 145:20; Proverbios 2:21, 22.) Sin embargo, no es razonable que destruya al justo junto con el malvado. ¡Jamás ha hecho nada semejante! (Cf. Génesis 18:22, 23, 26.)

 

¿Cómo va a aniquilar a los que procuran servirle fielmente, con temor piadoso? Es razonable pensar que los hermanos y hermanas fieles de que estén vivos cuando estalle la Gran Tribulación hallen favor a Sus ojos y sean escogidos para salvación, tal como no lo fueron Nóaj y su familia en el cataclismo que puso fin al mundo inicuo de su tiempo. (Génesis 7:23.) Contarán con la protección divina y sobrevivirán al fin de este mundo cuando la coalición de gobiernos del mundo aniquilen toda religión de falsedad y arremetan finalmente contra el Israel del Elohím sin éxito (Cf. Ap 18:9; Dan 12:1,2; Eze 38).

 

¿Qué sucederá luego? Un nuevo mundo limpio de toda maldad y vendrán bendiciones curativas sobre la humanidad como resultado de la plena aplicación de los beneficios del sacrificio vicario de Yeshúa. La Biblia habla de un simbólico “Y me mostró un Río de Agua de Vida resplandeciente   como   cristal   que   fluía   desde el Trono del Elohím y del Cordero. De en medio de su calle principal y de ambos lados del río hay Árboles de Vida que dan   12   frutos,   dando   su   fruto   según   cada mes   y   las   hojas   de   los   Árboles   son   para   la sanación de las naciones”. (Ap 22:1, 2. TIRY) Es maravilloso pensar que esta “curación” incluye la victoria sobre la misma muerte adámica. Se ha tragado la Muerte para siempre. Y el Señor YHVH secará las lágrimas de todos los rostros, Y quitará el oprobio de Su pueblo de toda la tierra, Porque YHVH lo ha hablado” (Isaías 25:8 TIRY.) Por lo tanto, los que vienen al Trono del Elohím vienen de la Gran Tribulación y entran a participar de ls bendiciones del Nuevo Mundo en una Nueva Tierra sin que nunca tengan que ver la muerte.

 

 

 

Una esperanza segura

 

¿Podemos confiar plenamente en esta asombrosa esperanza? ¡Por supuesto! Yeshúa indicó a Marta que llegaría un día en que las personas vivirían sin tener que morir jamás. (Juan 11:26.)

 

¿Podemos creer en Yeshúa y en el relato histórico acerca del Diluvio del día de Nóaj? ¡Sin duda alguna! Además, la Biblia contiene otros relatos de ocasiones en que El Elohím conservó con vida al “resto” de sus siervos y siervas durante períodos de juicio y al caer naciones. ¿Deberíamos esperar menos de él en este tiempo del fin? ¿Hay algo que sea imposible para el Creador? (Cf. con Mateo 19:26.)

 

 

 

Si servimos fielmente a YHVH ahora, podremos disfrutar de la vida eterna en su nuevo mundo. Incontables millones de personas recibirán la vida en ese nuevo mundo mediante la resurrección. Sin embargo, una gran multitud que ningún hombre puede contar ni limitar— tendrán el privilegio singular de ser rescatados y venir de la gran tribulación, para acercarse al trono de la Bondad Inmerecida de YHVH (Ap 19:1) y nunca jamás tendrán que morir.

 

 

La Gran Tribulación se diferencia del período de la Tribulación en que durante este tiempo será revelada la Bestia, o Anticristo, el Falso Profeta religioso y la ira del Elohím se intensificará considerablemente. Según Apocalipsis 3:10, "Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra". Este período es mencionado en el Antiguo Testamento en más de 50 ocasiones, utilizando expresiones como "gran calamidad", "el día de la ira", "el día de la ira de YHVH", "el tiempo de angustia para Yaaqov", "el día de la venganza de nuestro Elohím", "tiempo de prueba" y "el día del Señor". No obstante, aquellos que han creído en Yeshúa y perseverado en su camino sin desmayar, serán arrebatados al encuentro del Señor en el aire, y luego comenzará la gran tribulación para aquellos que se burlaron y dudaron del poder y soberanía divina. "Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo" (Mateo 24:13).

 

Los textos expuestos están sacados de la Reina Varela 1960:

 

Mateo 24:21

porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

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Mateo 24:13

Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.

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Daniel 12:11

Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.

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Apocalipsis 14:14

Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.

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Daniel 9:27

Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

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Apocalipsis 18:24

Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.

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Apocalipsis 17:8

La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.

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Apocalipsis 13:1

Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.

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Apocalipsis 13:18

Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.

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Mateo 24:21

porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

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2 Tesalonicenses 2:3-4

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

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Apocalipsis 12:9

Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

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Apocalipsis 20:4-6

Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

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Apocalipsis 17:6

Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.

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Apocalipsis 13:17

y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.

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Apocalipsis 12:3

También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas;

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Apocalipsis 12:1

Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.

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Oración

¡Señor YHVH Tú eres la Alfa y Omega! Abbá, Creador del cielo y la tierra, eres el Primero y el Último, el Principio y el Final. El Elohín Eterno de la gloria, en nombre de Yeshúa haMashiaj, te pido Señor te pido que cada día avives en mí Tu amor y el fuego del Espíritu Santo sin importar lo vea a mi alrededor, pues, escrito está: «Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir». Purifícame y límpiame para estar en el estado kadosh en la hora de la venida de tu Hijo. Prepárame y purifícame porque deseo que Tu me rescates y salir con vida de la Gran Tribulación que se avecina, líbrame de las corrientes erróneas o doctrinas falsas, no permitas que me enfríe ni que la vanidad me envuelva. Hazme tu hija diligente y responsable para estar presta a toda buena obra y servicio aquí en la tierra, tu palabra dice: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe». No permitas Señor que el mundo y mi carne caida desvíen mi mirada de ti. Aumenta mi amor por los hermanos y déjame que me entregue a ellos de corazón en el culto. Porque escrito está: «Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios». Ayúdame a mantener siempre una íntima comunión contigo y cvon mis hermanos pasar tiempo de calidad en tu presencia, velando  en todo tiempo para que no sea engañada. En el nombre de Yesahúa haMashiaj. ¡Amén!

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